TU AUSENCIA, MI RUTINA
Luna, a sus 35 años,
continúa con su vida normal;
enfrascada en su rutina diaria,
llegan a su mente,
imágenes y sensaciones,
vividas meses atrás.
Me estoy embarcando- recuerda Luna-,
en un mundo nuevo de emociones,
que nunca imaginé sentir,
y que cuanto menos,
tampoco lo esperaba.
Solamente el deseo de huir
de la cruda realidad,
sentir, sólo eso, sentir..
necesitaba.
Tras el juego de miradas,
mi atracción por ti, iba encaminada,
encaminada hacia ti,
hacia tu vida,
hacia tu fin.
La necesidad de huir,
me llevó hasta ti,
por tu parte,
la necesidad de enamorarte.
Solamente al acercarte,
me turbaste, me hiciste vibrar,
solamente al besarme,
me hiciste volar.
Cuando tus manos se posaron sobre mi piel,
mil caricias me hicieron,
mil caricias de miel.
Tus caricias sobre mí,
me hicieron sentir que,
aunque algún golpe recibí en pleno éxtasis...
seguir así quería..
seguir...seguir...
Su físico, su aroma, su sonrisa, sus caricias,
se vuelven a repetir,
cual eco en su memoria,
formando parte, ya para siempre,
de su historia.