Habían quedado todos por las redes sociales para ir a la manifestación del cantante encarcelado por hacer uso de la libertad de expresión. Clara vivía con los okupas en una casa de Barcelona. Hacía dos años que vivía con ellos desde que cumplió los dieciocho y se había independizado del núcleo familiar y no se arrepentía de nada. Allí era libre, animalmente libre y podía hacer lo que le daba la gana. Aunque iba a la universidad a estudiar psicología era una inadaptada. Y ella a diferencia de sus compañeros tenía dinero. Era hija única y su padre director de un banco, el mismo que habían asaltado hacía dos semanas; le había dado una buena vida o eso decía él,pero ella estaba harta de fichar en su mansión familiar como si fuera un soldado. Si no se es rebelde cuando uno es joven ¿Cuándo iba a serlo? ¿Es qué no lo entendían los mayores? Ella no podía pensar como ellos y no quería acabar como su madre con una vida ordenada y arreglada aguantando como una buena burguesa todo lo que le hacía su marido. Su hermano Sergio, tampoco contaba porque era un niño mimado que le criticaba todo y seguía la senda de papá. Y luego estaba la cuestión religiosa; cuando estba con sus padres le hacían ir a misa todos los domingos como un ritual y luego cada uno hacía lo que le apetecía.