No creas en todo lo que te han enseñado, porque no siempre es toda la verdad…
El Universo es mucho más complejo de lo que jamás nos atrevimos a soñar…
Está escrito en el arcano Libro de la Creación, que en los orígenes existía sólo Él, y nadie más que Él, ni orgánico ni espiritual… Él fue el creador de todo lo que existe, de todo lo que vive, fue él quien nos regaló la vida…
Él Creó el espacio y también los millones de cuerpos que transitan por este: estrellas, planetas, asteroides, cometas… Creó el movimiento y la energía que les da vida. Fue quién determinó en cuáles habría vida y en cuáles no. Él creó los grandes mares, las altas montañas y los profundos valles en cada uno de estos planetas. La briza del verano, la lluvia del otoño y la nieve en el invierno fueron también una creación suya.
Luego creo las cinco grandes razas: la Animal, la Vegetal, la Mineral, la Inorgánica y la raza Química. Entonces nombró a 5 castas Responsables, una por cada raza, los Humanos fuimos nombrados responsables por la raza Animal. Cada casta Responsable debía velar por su respectiva raza y responder por y ante ella.
A todos les dio un lugar para vivir en paz y armonía dentro de su creación. Un lugar donde desarrollarse y crecer felices con todas sus necesidades básicas resueltas.
Luego, les regaló la libertad… El libre albedrío, la posibilidad de la autodeterminación y dejó entonces que su creación, en paz, evolucionara durante millones de Endgos.
Las diferentes razas evolucionaron rápidamente, alcanzando logros increíbles en poco tiempo. La ciencia, la tecnología, la medicina, la arquitectura, una evolución que se logró por todos en beneficio de todos. Maravillosas ciudades, gigantescas pirámides, palacios fantásticos e imponentes monumentos y obras de arte.
Todo era utilizado para el bien común y en alabanza a ese ser superior, creador y padre de todo lo creado. Innumerables monumentos de gigantescas piedras, colocadas con precisión milimétrica se levantaban aquí y allá en honor a la Deidad. Obras de arte que ocupaban grandes extensiones del suelo, grabados en la roca viva involucrando incluso a la misma naturaleza, daban gloria a un Ser que adoraban y querían como a un verdadero padre celestial…
El universo entero vivió un período evolutivo de oro durante millones de Endgos. Las diferentes razas vivían en paz y armonía intercambiando y comerciando entre ellos, compartiendo y propagando el conocimiento hasta los confines más recónditos del espacio. Grandes naves surcaban los mares, el aire y el espacio, haciendo que las fronteras se diluyeran en un espíritu único de fraternidad global.
Pero la paz no duraría por siempre… Sentimientos oscuros invadieron el alma de algunos líderes Responsables, sentimientos que germinaron y pronto se transformaron en rencor, envidia y luego en odio… Estalló entonces la 1er Gran Guerra Universal, una guerra que involucró a todo el universo y a casi todas las razas que en él vivían, y todos aquellos avances logrados, se utilizaron para la destrucción y el sometimiento. Hermanos enfrentados entre hermanos, padres contra hijos, pueblos contra pueblos y civilizaciones enteras enfrentadas por el odio
La guerra alcanzó niveles de odio, crueldad y violencia tal que asquearon incluso al mismísimo Creador, que con profunda tristeza veía cómo su creación perdía el camino marcado. Aguardó con la esperanza de que la cordura finalmente prevaleciera y que solos, la paz encontrarían, pero fue en vano, toda aquella energía, toda aquella inteligencia que con magníficos frutos se había desarrollado se volcó hacia el único objetivo de la destrucción…
Decidió intervenir, detener aquella locura insana que estaba destruyendo lo más preciado de su existencia, recuperar la paz y la armonía que se había perdido… Para Él sería fácil lograrlo ya que era todo poderoso. Con una sola orden, una sola palabra, su simple deseo, todo aquel pandemonio acabaría instantáneamente, pero él no quería contravenir su 2do gran regalo: la Libertad, un regalo que le daba sentido a aquella maravillosa obra que al principio había imaginado. Decidió entonces conseguir la paz a través del diálogo, tratar de convencer a aquellos que luchaban de que nada bueno se conseguiría a través del enfrentamiento. Pero no fue escuchado… Una y otra vez lo intentó y una, dos y siete veces vez fue rechazado. Lo intentó en distintos lugares, de distinta forma y con distintos líderes, pero no fue escuchado…
Abatido por su fracaso, entristecido por el rechazo, no tuvo más remedio que tomar medidas drásticas… Detuvo la guerra y condenó a su creación a vivir separada por siempre. Dividió su universo en siete dimensiones estancas, una por cada rechazo sufrido: Espirven, Magijall, Bosquín, Realdan, Decadunoll, Degenmon y Hellmon, siete dimensiones en un mismo universo… Siete dimensiones separadas sólo por su grado de bondad o por su estado de degradación, por el resto de la eternidad…
Luego, de un soplido, borró de la faz de la tierra y de la memoria de sus creaciones, todos aquellos fantásticos logros y avances alcanzados durante aquella época dorada, condenándolos a escribir nuevamente su historia de cero, como si el pasado, nunca hubiera existido… dejando sólo unas pocas obras como recordatorio imperecedero de aquella época vivida: pirámides, dólmenes y algunas obras de arte grabadas en la roca y en algunos valles que luego se transformaron en desiertos áridos y poco habitados.
Todo estaba entonces por hacerse, la Segunda Era Evolutiva del Universo estaba por comenzar…
Pero esto, si realmente pasó, fue hace miles de años y su conocimiento se perdió en los perezosos e intrincados pliegues del tiempo y nada tiene que ver con nuestros tres protagonistas. Ven, conoce la historia de estos tres hermanos, su familia, la mágica casona de El Prado y la misteriosa leyenda de Los Andaluins…