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El viejo de joven fue niño

El viejo de joven fue niño

08-09-2013

Poesía poesía

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El viejo de joven fue niño reúne poemas y unas cartas donde se transmite la rebeldía contra el paso del tiempo. La primera parte está compuesta de poesías iluminadas por la mirada de un niño. Después, vienen otros poemas que contienen las peleas y las complicidades entre las parejas en el ecuador de sus vidas. A continuación, los últimos poemas abrigan el dolor y el sufrimiento de la tercera edad. Finalmente, cuatros cartas no recibidas cuentan la relación entre un hombre y una mujer separados por la distancia.

Por último, la obra está dedicada a la gente que está o ha estado enferma. Para que deje de una vez por todas de ser invisible.

Leer primer capítulo

 

Primer capítulo

El viejo de joven fue niño

El viejo no ve de cerca

y, de lejos, ya lo vio todo.

Entonces, ¿qué mira cuando baja a la playa y se sienta?

No tiene nietos y busca en las olas

restos de algún naufragio solidario.

 

El viejo de joven fue mago de arrabal.

Hasta contaba los trucos antes de hacerlos.

De tan honesto, le llovieron palos

y vendió su magia en un casino.

Fue crupier de smoking y mano de rayo.

De tan tramposo, le cayeron más billetes

que a un trilero tuerto.

Compró casa, mujer y flores.

Montó un establo y crió caballos.

Un día una valla le enseño los dientes.

Hoy bebe con pajita y sorbe purés de sobre.

 

Antes de mago fue niño

Y se portó mal con su madre.

La mujer sólo creyó en su magia

cuando se hizo rico.

Y le quitó la palabra por no haberle mentido de crío.

Antes de morir de parto obligado,

le pidió un milagro:

que le enseñara un truco

sin mostrarle las manos.

 

Pero él nunca supo engañar al engaño.

Así que la mujer se fue al limbo

sin orgullo de madre.

 

Y ahora él, cada mañana,

baja a la playa con una sombrilla

y una cometa escondida en la manga.

 

Si sopla mucho viento,

se olvida de las olas grises.

Lanza al aire su juguete

y se lo pasa bomba descubriendo los colores

que baten sus alas.


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